La sordina Muteflute es sin duda el tipo de sordina técnicamente más sencilla, y sin embargo la más necesaria, si tenemos en cuenta los millones de flautas que se fabrican y venden en el mundo al año. Es casi seguro el instrumento más vendido.
Lo cierto es que todos hemos tenido en alguna ocasión a algún vecino o un familiar propio preparándose con la flauta la canción que le habían mandado en el colegio. Nosotros mismos hemos sido culpables de esas molestias cuando éramos niños.
Cómo nació Muteflute
Como maestros de música en un momento dado se nos ocurrió fabricar una especie de sordina de cartón en forma de manualidad que, colgaba de un hilo a la flauta para que no se perdiera, se ponía y se quitaba durante las clases de música para que los alumnos no molestaran cuando tocaban todos juntos.
El problema de esta sordina es que insonorizaba la flauta por completo, por lo que la utilidad era relativa. Además se rompía constantemente y había que hacer otra cada dos por tres. El verdadero invento se produce cuando decidimos desarrollar y producir masivamente una sordina de plástico que sea capaz de insonorizar parcial y totalmente la flautas de marcas más vendidas en España.
Esto ya no es tan sencillo, pues en los instrumentos musicales las pequeñas variaciones producen grandes efectos distorsionadores del sonido. Particularmente no recomendamos la sordina como artilugio para ser usado constantemente. Las sordinas Muteflute son, como todas las sordinas, objetos que se ponen solamente cuando es estrictamente necesario.
Los instrumentos están hechos para ser sonados. De hecho, los mejores instrumentos son aquellos en cuya construcción se utilizan los materiales que hacen que se produzca una mayor calidad sonora y volumen. Ahora bien, siempre hay situaciones en las que una persona necesita ensayar y otra persona cercana necesita concentrarse en otra cosa; o simplemente uno sólo puede tocar a horas que para otros son inconvenientes.
Un complemento imprescindible para las clases de música
Lo cierto es que las Muteflute se han convertido en un complemento imprescindible no sólo en las casas si no en las clases de música. Todos los profesores de música saben que cuando se comienza con una pieza nueva y la mayoría de alumnos está constantemente cometiendo errores, se produce una cantidad de disonancias a un volumen tan alto que es muy difícil no salir de esa clase con dolor de cabeza.
En estas ocasiones, nosotros siempre usamos la sordina, hasta que ya pasan varios días practicando. Diferente es, cuando ya todos los alumnos interpretan esa pieza sin apenas errores. Puede sonar fuerte, pero no desagradable, en ese punto ya no necesitamos la sordina.
O por ejemplo, tenemos un alumno o alumna que ha faltado a algunas clases y empieza a leer esa pieza por primera vez. No podemos decirle que no toque porque se va a equivocar. Simplemente, le ponemos la sordina en modo 100% insonorización y ese alumno está practicando junto a sus compañeros sin interferir para nada en el resultado final de la pieza. Una vez que se la sabe, cuando ya ha practicado un rato, ya podemos quitar la sordina
En otras ocasiones los profesores necesitamos escuchar a nuestros alumnos uno a uno para que puedan demostrar lo que han practicado. Mientras, los demás pueden ir practicando con la sordina en la posición de insonorización total. Con ella, sólo se escucha aire y se intuye la nota, pero no molesta y pueden tocar así decenas de niños sin interferir al que se está examinando.
Lo cierto es que desde que existe las sordinas Muteflute, nos escriben cientos de colegios cada año preguntando cómo pueden adquirirlas. Las sordinas están presentes en cientos de establecimientos, puedes preguntar en el mismo lugar donde compraron la flauta o en tu papelería habitual.
¡También puedes contactar con nosotros para que te indiquemos donde podrías hacerte con ella!